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Alistairs
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ladyunebarton Author of 29 Stories |
Rated: K - Spanish - Romance/Family - Harry P. & Draco M. - Reviews: 463 - Updated: 09-14-09 - Published: 08-03-08 - id:4446496
Prologo.
Dracena.
Draco sabe que la manera con la que los ojos aprecian a un rival es, en forma detallada y minuciosa, como una obsesión sin beneficio que suele suceder ante ratos de ociosidad.Desde los ángulos repartidos por la luz de las velas o su caminar harmoniosamente sincronizado con los escenarios de media tarde; hasta esa sensación extraña que despierta cuando frunce el ceño hacia sus enemigos, o lo suaviza hacia sus amigos.
Es así como aprendes los detalles que lo hacen débil y aquellos que lo hacen fuerte.
Conocer a un enemigo es casi tan bueno como estudiar las tácticas del contrario en una guerra. Incluso puedes hacer un mapa sobre sus ojos y profecías de sus acciones. Sólo de esa forma se consigue apreciar lo que él tiene en común con uno mismo.
Es un hecho real la eficacia de conocer a un enemigo.
Y sin embargo, es casi tan malo como dejarte caer cual peso de una roca dentro del vacío de un pozo húmedo.
¿No es acaso una delgada línea la que lo separa del todo?
Entonces, todo radica en las formas.
La manera detenida y meticulosa con la que miras su perfil bajo la luz de las velas. El cómo camina. El cómo piensa.
Es una línea delgada e impredecible de la que no es posible distinguir el inicio del final.
No con los ojos, al menos.
Hay, no obstante, indicios muy reales de ella; por ejemplo, un pequeño palpitar del corazón cuando pasa cerca, molesta sudoración en la palma de las manos, poca elocuencia al contestar un insulto, o incluso falta total de palabras. Y, por si todo esto fuera poco, está también la necesidad de mirar más tiempo del que es debido.
A pesar de ello, uno se niega a creer en tales síntomas que gritan a todas voces que te haspasado mucho de aquella delgada línea de la razón y que te adentras estúpidamente en terreno desconocido.
Como es natural, el cuerpo humano responde ante tales alteraciones; y si no es posible resolver el problema en un estado conciente, entra en acción el subconsciente.
Es aquí cuando sufres realmente los estragos de haber mirado más de la cuenta y es en realidad sorprendente lo que el cerebro hace con tantas horas de observación minuciosa. Como si se tratara de un documental hecho a base de fotografías sobre el rival que odias
más encarnizadamente. Es cuestión de precisión la manera en la que reproduce cada ceño, y aún más increíble el suponer, por ejemplo, cómo se vería ese gesto de puro odio convertido en una mueca de absoluto placer orgásmico.
Después de eso, los sueños son en sí vividos y reales; y desgraciadamente, pueden ocasionar un despertar embarazoso para cualquiera.
Es a causa de esto último, que todo radica en la manera en la que se aprecia a un enemigo. Porque evidentemente también se empieza así en la forma en que observamos a alguien cuando nos enamorarnos.
Quizá todo debió comenzar así: un chico que mira a otro con atención para encontrar cosas agradables acerca de él y no para encontrar defectos y mofarse de ellos. Como sea, la línea que separa estos caminos es tan delgada, que es estúpidamente fácil cruzarla. Incluso sin darse cuenta.
Y un día, aquella vieja idea de rivalidad se desvanece como una cortina de humo. Sólo eso.
Draco Malfoy también la vio desvanecerse una tarde cuando un guiño coqueto fue lanzado por su rival desde el otro lado del comedor; y supo en un palpitar que todo, todo, había cambiado.